Ofrecen importantes beneficios para la salud gracias a sus propiedades nutritivas. Al incorporarlas a su dieta, puede aprovechar los nutrientes esenciales que contribuyen a una alimentación equilibrada. Estas flores no sólo añaden variedad y color a los platos, sino que también aportan vitaminas, minerales y antioxidantes que favorecen el bienestar general del organismo. Teniendo en cuenta los beneficios que aportan, es aconsejable incluir flores comestibles en la dieta diaria para mejorar la salud y disfrutar de sus ventajas nutricionales.
El uso de flores comestibles ha aumentado considerablemente en los últimos años, no sólo por su empleo cada vez más extendido en la alta cocina y el cake design, sino principalmente por sus propiedades nutricionales y medicinales. Las flores son ricas fuentes de muchos compuestos bioactivos, como carotenoides, compuestos fenólicos, vitaminas C y E, saponinas y fitosteroles.
La popularidad de las flores comestibles está aumentando debido a sus beneficios nutricionales y para la salud. Las pruebas indican que el consumo de algunas flores comestibles puede aportar las cantidades diarias recomendadas de ciertos minerales, como magnesio, fósforo y potasio.
Las distintas partes de las flores contienen diferentes cantidades de nutrientes. El polen, por ejemplo, contiene grandes cantidades de proteínas, aminoácidos, hidratos de carbono y lípidos. El néctar tiene cantidades equilibradas de azúcares, aminoácidos, proteínas, iones inorgánicos, lípidos, ácidos orgánicos y alcaloides. Los pétalos y otras partes de las flores son fuentes potenciales de vitaminas, minerales y compuestos bioactivos.
Los compuestos bioactivos presentes en las flores comestibles se asocian a numerosos beneficios para la salud, como propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, antifúngicas, anticancerígenas, antiobesidad, hepatoprotectoras, neuroprotectoras, gastroprotectoras, antidiarreicas, antimicrobianas, antiespasmódicas, analgésicas y astringentes.
Alrededor del 97% de las flores comestibles conocidas están asociadas a propiedades terapéuticas. En concreto, se ha determinado que alrededor del 32%, el 26% y el 14% de las flores tienen propiedades inmunomoduladoras, antimicrobianas y gastroprotectoras, respectivamente.
Estudios in vitro anteriores han observado una elevada actividad antioxidante en begonias, rosas, capuchinas y caléndula. Además, muchas flores comestibles, como el hibisco, rosa, crisantemo, las tagetes, cosmos, la buganvilla y la caléndula, presentan efectos anticancerígenos contra una amplia gama de cánceres, como los de hígado, colon, cerebro, piel, vejiga, próstata y mama.
Un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Oporto está utilizando nuestras flores para demostrar que tienen beneficios para la salud.
Ve el informe aquí: https://tviplayer.iol.pt/programa/jornal-nacional/63e6588b0cf2665294d4f012/video/66641a570cf2a41c2edc1024