Hoy celebramos a alguien muy especial — Tomás, fundador, CEO y la fuerza discreta pero absolutamente fundamental detrás de Microgreens.
Es fácil no fijarse en Tomás a primera vista: no le gusta llamar la atención, piensa mucho y nunca hace ruido. Pero quienes lo conocen saben que detrás de esa presencia tranquila vive un verdadero visionario — de los que no necesitan escenario, porque prefieren construir el escenario donde todos pueden brillar.
Gracias a su mente inquieta (y a su corazón firme), hoy tenemos el mejor trabajo del mundo. Y no es una exageración: trabajar con propósito, con buena gente, rodeados de belleza e ideas locas que realmente se hacen realidad — todo eso existe porque Tomás es inconformista y creyó que era posible. Y lo hizo realidad.
Él es quien mantiene todas las piezas unidas, quien ve lo que nadie más ha visto, quien sostiene el timón incluso cuando el mar se agita. Microgreens es una familia, una idea, una semilla que crece — y Tomás es quien la sembró.
Por eso hoy levantamos la copa y decimos: gracias, Tomás. Por el presente. Por el futuro. Y por mostrarnos, cada día, que hacer las cosas bien es realmente el mejor camino.
Del equipo que te admira.