¡Hemos llegado a los dos dígitos!

Si Microgreens fuera una persona, ahora sería oficialmente una adolescente y, como cualquier teenager, está llena de energía, preguntas, ideas y ganas de agitar el mundo. Ya no somos los chicos que empezaron en un invernadero improvisado con más pasión que recursos — pero tampoco somos “adultos” en el sentido aburrido de la palabra.

Estamos en esa buena edad: sabemos quiénes somos, pero no tenemos miedo de cambiar. Tenemos cuerpo, alma y propósito. Ya hemos aprendido mucho, pero seguimos con unas ganas imparables.

Al igual que una persona, creemos que el tiempo solo nos mejora — que con cada ciclo, cada estación, cada desafío, nos volvemos más afinados, más conscientes, más capaces. Creciendo hacia adentro, no solo hacia afuera.

Nos sentimos orgullosos de lo que hemos construido: productos con carácter, clientes que confían, un equipo que vibra con lo que hace. Pero lo más bonito de todo esto es que aún queda mucho por hacer: nuevos sabores por descubrir, nuevas formas de cultivar, servir, crear, y nuevas personas a las que inspirar.

Empezamos con poco. Una idea, muchas ganas y la convicción de que había espacio para hacerlo diferente — con rigor, con calidad y con respeto por quienes cocinan de verdad.

Hoy somos un equipo de 21 personas, con 4200 m² de invernaderos, medio hectárea al aire libre, más de 140 productos vivos y más de 700 clientes en toda la Península Ibérica y Baleares.

Pero los números, por sí solos, no lo cuentan todo. Estos 10 años están hechos de elecciones diarias. De detalles. De trabajo invisible. De aprender a hacerlo mejor, incluso cuando “ya está bien”. De cultivar relaciones con quienes valoran lo pequeño pero esencial.

Seguimos siendo humildes, agradecidos y con los pies bien en la tierra. Agradecidos a quienes creyeron en nosotros desde el primer día — 100 maneiras, Grupo José Avillez, SushiCafé, Sublime Comporta, Silk, Gadanha. A los que llegaron después. A los que se fueron y dejaron huella. Y, por supuesto, a quienes están aquí hoy, codo con codo, haciendo que todo siga sucediendo.

Diez años después, seguimos mirando hacia adelante. Porque esto nunca fue solo producir. Sino contribuir y crear valor real para quien está al otro lado. Y hacerlo con coherencia. Sin atajos.

¡Gracias a todos los que formaron — y forman — parte de este camino!

La adolescencia es solo el comienzo. Y el futuro sabe increíble.