A día de hoy, seguimos recibiendo muchos mensajes con preguntas como:
“¿Puedo pasar por la finca a recoger mi pedido?”,
“¿Hay alguna tienda donde vendan vuestros productos?”,
o incluso “¿Por qué no abrís un espacio físico?”.
La respuesta es sencilla y tiene todo que ver con la frescura, la calidad y la sostenibilidad.
La frescura no espera
Cuando hablamos de flores comestibles y microvegetales, el tiempo lo es todo.
Entre el momento en que cosechamos y el momento en que llegan al plato, cada hora cuenta.
Por eso, vender en tienda significaría tener productos en estantería días después de la cosecha, y eso comprometería precisamente lo que más valoramos: la frescura.
Al hacer un pedido online, el ciclo es distinto.
Recibimos el pedido, cosechamos y enviamos, todo en pocas horas.
Así, cuando tu pedido llega a tu cocina, los productos están como deben estar: frescos, vivos, sabrosos, perfectos.
Es un servicio que pocos pueden ofrecer y que solo es posible con esta estructura directa y controlada. Y si hay algo que no hacemos, es traicionar el tiempo de la naturaleza.
Comprar online no es impersonal. Es inteligente.
Hacer un pedido online no es renunciar a la experiencia, sino elevarla.
“Pero podría recogerlo en la finca…”
Poder, podrías. Pero no sería mejor.
La logística de recogidas individuales implica tiempo, energía y desplazamientos que, al final, hacen el proceso menos eficiente y menos sostenible.
Imagina decenas de personas viniendo cada día a recoger su pedido. Significaría decenas de coches en la carretera, haciendo el mismo trayecto.
En nuestras rutas de entrega, en cambio, aprovechamos cada kilómetro.
Nuestros vehículos son 100% eléctricos y las rutas están optimizadas para garantizar que las entregas lleguen al día siguiente de la cosecha, de forma consciente y con la menor huella posible.
Un coche, varias entregas, máxima frescura.
Así que, cuando te pregunten “¿de dónde sois y dónde puedo comprar?”, puedes responder con una sonrisa: online y llega en 24 horas. :-)